Espiritualidade e Sociedade



Ramon Chaves

> ¡De un día para otro, el joven, no quiere ir al Centro!

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Ramon Chaves
>   ¡De un día para otro, el joven, no quiere ir al Centro!

 

 

“Los Espíritus que son llevados a reunirse por la semejanza de sus gustos, la igualdad de su nivel moral y el afecto forman familias. (...) Pero, como quiera que no sólo para sí mismos han de trabajar, Dios permite que otros Espíritus menos adelantados encarnen entre ellos, para recibir consejos y buenos ejemplos, en bien de su progreso. Éstos ocasionan a veces perturbaciones a los otros, pero en ello consiste precisamente la prueba, ahí está la tarea” (ESE)


En 1983, promovimos el debate sobre la enseñanza, a nivel universitario. En biología y en biomedicina la deserción de los alumnos incentivó el estudio de las causas (3,4). ¿Será la deserción el reflejo de un estado social, de una mala conducción administrativa que, además de ser abortiva, favorece las circunstancias que pueden ser consideradas precipitantes? Investigaciones análogas podrían explicar por qué algunos Centros Espíritas tienen jóvenes conscientes, activos y otras no.

¡De un día para otro, el joven, no quiere ir al Centro!
¿Qué hacen los padres frente a la resistencia religiosa?


Comportamientos polares

Hay comportamientos polares. El autoritarismo se puso de manifiesto en la decisión de J. cuando le advirtió a su hijo que perdería su mensualidad y el uso del coche los fines de semana. Pero el hijo se consiguió un trabajo como “ayudante de servicios generales” y sus amigos pasaron a llevarlo en coche como acompañante.

La aceptación pacífica, sin mayores discusiones es lo que encontramos en F. quien dijo “más tarde volverá”. El padre desconocía la necesidad que los jóvenes tienen de discutir. En esta fase ellos necesitan contradecir.
“En nuestra época no había discusión, los padres mandaban, los hijos iban y punto final”, declara la madre de R., de 16 años, quien vive buscando razones para no ir a la Casa Espírita. Este es un hecho que aflige a los padres. Aunque nacidos en familias espíritas, los jóvenes se sienten atraídos por las ideas nihilistas. Esto hace surgir la falsa idea de que el ángel de la guarda a veces se distrae.

Oímos una explicación sobre del respeto que se debe tener en relación con el libre albedrío: “si estuviéramos avanzando en la dirección de algo que nos enseñará una lección valiosa pero difícil, ellos podrán mostrarnos maneras más alegres de aprender la misma cosa. Si resolviéramos persistir en el camino original, ellos no intentarán impedírnoslo. Es incumbencia de nosotros, los padres, elegir la alegría. Pero, tal vez aprendamos mejor a través del dolor y del esfuerzo, que los guías espirituales no alejarán a los niños de nosotros”.

¿Qué hacer?

Vacunar la mente infantil y juvenil con el fin de prevenir la enfermedad causada por el microbio de la alienación (2).

¿Cuáles son las causas de la resistencia que encontramos en el momento de ir al puesto de vacunación?

Las Causas Naturales

Hay causas naturales y legítimas. Durante el período de crecimiento aparecen momentos naturalmente tumultuosos como el de la “expansión subjetiva” conocido como “descubrimiento de la realidad exterior”. Sobreviene el dolor “por la pérdida de los padres ideales”, cuando la imagen idealizada y mágica se choca con la realidad. Volviendo a la deserción del joven de la casa espírita no podemos olvidarnos que la rebelión contra la autoridad constituida, es natural, en este período de la vida. Durante esta fase los jóvenes son constantemente evaluados y aprenden a evaluar la fe de la familia. Cuando encuentran padres espíritas de fachada se sienten frustrados. El niño pasa a ser un adolescente cuando percibe que todos los adultos son imperfectos. Más tarde, cuando pueda perdonar a sus padres se convertirá en adulto.

Las causas legítimas

Por otro lado existen otras causas para la deserción.
1. Con mucha frecuencia, los jóvenes encuentran que las reuniones son poco atractivas y que las exposiciones están muy lejos de sus intereses;
2. Cuando encuentran temas que estimulan su curiosidad perciben que esos estudios son mal administrados e impartidos por los evangelizadores que, aunque bien intencionados, son incompetentes. Algunos son incapaces de formular objetivos y de seleccionar estrategias adecuadas.
3. Otra causa legítima es el hallazgo de contradicciones. Lo que se dice no es lo que se vive en el Centro. Esto último, es más fácil de observar en el comportamiento de los padres. Muchas veces los jóvenes aprenden que deben amar al prójimo aunque los padres no vivan conforme a este precepto. Y esto hace que los hijos se sientan traicionados.
4. Examinando las condiciones socio-familiares vamos encontrar la luz en el fondo del túnel, especialmente cuando intentamos comprender el impulso homosexual. En ese caso hay que considerar varias cuestiones y mirar a través de las diferentes ventanas del edificio del holismo espiritualista.

El hombre es un ser de carácter polifacético. Para su análisis, se necesita emplear distintas formas de abordaje, como los criterios estadístico, biológico, psicológico, antropológico (psicoanalítico), familiar, político y espiritual; los que están separados sólo por una razón didáctica.
Cuando examinamos detenidamente las condiciones socio-familiares de la homosexualidad encontramos un grupo familiar con problemas, donde hay relaciones patológicas, entre padres e hijos. Es posible encontrar progenitores confundidos, ausentes, sumisos, alcoholizados, machistas, violentos, autócratas y dominantes.
El 22% de las mujeres transexuales sufrieron abuso sexual por parte de los padres, y en el 37% de los casos, la relación entre los padres fue muy conflictiva, dolorosa, distante (*). Un grupo semejante fue encontrado en niños con tentativas de suicidio (**).
Abandonar las reuniones del Centro puede indicar la necesidad de romper las amarras con un padre posesivo.

La solución

Podemos sugerir, pedagógicamente, la lucha en favor de una causa justa. En la lucha contra el estigma de la lepra; el aborto, las condiciones inadecuadas del Hospital Psiquiátrico Espírita y el uso de las drogas hemos obtenido ayuda valiosa de los estudiantes que participan de los grupos espíritas en las universidades (***).

Dirigentes espíritas; padres y profesores pueden dificultar

Con frecuencia, los profesores y los padres no comprenden el verdadero alcance de las iniciativas anteriormente citadas. Piensan que se trata de un trabajo muy puntual. Creen que estamos empleando mucha energía en una actividad propia de los representantes del poder público.

Muchos no perciben que en estas actividades de “lucha contra”, en favor de una causa justa, nuestros jóvenes, en realidad, se están protegiendo contra diversos argumentos, que podrían atraerlos, si no fuera el caso de estar con la atención concentrada en un acto de heroísmo, ejerciendo su ciudadanía. Emplean tiempo y energía, es verdad, pero también se inmunizan contra las enfermedades causadas por el microbio de la alineación o de la desesperanza.

Cuando el mayor de edad participa en el apoyo logístico, el choque generacional desaparece, y todos ganan. La Casa Espírita que vive en el ensimismamiento, que no tienen niños ni tampoco jóvenes, no estimula el surgimiento de nuevos colaboradores y, en consecuencia, no tiene futuro.

Muchos dirigentes “desconfiados” son incapaces de delegar responsabilidades. Son personas responsables que creen que el joven aún no se encuentra, como ellos, apto para asumir determinadas funciones. La falta de fe en el joven y en los orientadores espirituales y el miedo al fracaso, llevan a la centralización de todo y terminan por dañar a quienes tanto les gustaría beneficiar. Esto es una causa de deserción.

Hay un cuento popular que trata de un científico que quería estudiar sobre la vida del mayor comandante después de su muerte. El investigador fue hasta el Cielo y le pidió a San Pedro que le concediera una cita con el desencarnado, para obtener así valiosas informaciones. Cuando estuvo frente al comandante, el científico reaccionó diciendo que él no era la persona con quien deseaba hablar: “A usted, yo lo conocí, durante muchos años. Fue un simple zapatero en la ciudad donde viví”. San Pedro aclaró: “Habría sido el mejor de todos si hubiera tenido oportunidades y condiciones ambientales adecuadas para su desarrollo”.

Aunque debemos caminar sin temor no seamos imprudentes. La excusa de cultivar el coraje -cuando el arrojo no es necesario- es comparable a una liviandad peligrosa”. Emmanuel aún nos dice que “el equilibrio es fundamental, pues un corazón temerario incendia cualquier servicio, arrasándolo. Pero un corazón miedoso hiela el trabajo”.

A propósito de esta cuestión sobre el congelamiento, el artículo “En la Universidad – ¿Indiferencia o Miedo?” publicado en la Revista Internacional de Espiritismo año LXXV(2): 77-79, marzo de 2000, dice que en algunas universidades hay espíritas que temen ser identificados como adeptos de la Doctrina Consoladora.

Jesús, el Guía y Modelo

En educación, los modelos de excelencia, son de gran valor. Sin embargo, en la actualidad hay una tendencia en favor de la desmitificación de los héroes. A causa de eso, los jóvenes carecen de imágenes concretas de personas admirables, que los ayuden en el esfuerzo por su evolución personal. Es natural en la juventud desear ser o tener un héroe. Cuando el joven perciba que, en su propuesta pedagógica, hay una concepción revolucionaria con respecto a los dolores, tabúes y prejuicios, Jesús será su guía y modelo.
Jesús propone una escala de valores que solamente héroes, incluso los pequeños y anónimos, pueden poseer.
Habrá identificación con el Evangelio y desaparecerá la crisis de identidad, frecuente en la homosexualidad, y oriunda de un grupo familiar con problemas.

¿ Estoy exagerando?
Si al final, el joven, ¡sólo desea afirmar su independencia!

Recordemos que la rebeldía sin lucha, es decir, cuando no encuentra la resistencia paterna, puede ser un fracaso para el joven . Es ahí, entonces, que el joven puede buscar un nuevo campo de batalla. Y la droga puede ser la opción. Todos los drogadependientes dicen: “cuando yo quiera la dejo”. La aceptación pacífica, sin resistencia alguna, es un comportamiento peligroso.

La aceptación, con el comienzo de algunas “batallas”, utilizando estrategias apropiadas, es la mejor opción.
No estamos practicando el ejercicio ilegal de la psicología, sino estimulando el intercambio de experiencias en el ejercicio legal de la paternidad responsable.

Como padres y/o cónyuges aprendemos con el error y el acierto. El error forma parte del proceso y debe transformarse en estímulo para el crecimiento. Fue así con la mujer adúltera y no lanzamos la primer piedra. Fue también, de esa forma, con el paralítico, que el maestro hizo el refuerzo pedagógico: “-Vete y no vuelvas a errar” (Juan, 8:11).

Somos Espíritus imperfectos. Si erramos debemos reparar el error y recuperarnos, demostrando madurez emocional y salud mental.
Decirle a nuestro hijo que continuamos con nuestra creencia, pero que respetamos su derecho de decidir por sí mismo, es fundamental.

Trabajar en el sentido de la maduración y de la fortificación de la personalidad de los hijos, sabiendo oír en un diálogo franco, coherente y seguro, es tan importante como incentivar el compañerismo, el empeño y la responsabilidad en sus actividades que deben ser variadas, desde el trabajo hasta los deportes, desde los estudios hasta las diversiones.

La vacuna atrayente

La postura “intermedia”, adoptada por el padre de S., quien decidió no asistir más a las reuniones en la Juventud Espírita, nos pareció satisfactoria cuando dijo que ella “era afable con la familia y con los amigos, se esforzaba por ayudar a los otros y era voluntaria en una escuela para niños con educación especial”. En verdad, ella no iba al centro pero vivía espiritualmente.

El mejoramiento del hombre y la sociedad son los sectores que reclaman mayor atención (5) incluso dentro del Movimiento Espiritista.

Frente a la rebeldía religiosa necesitamos hacer un alto y reflexionar. La angustia vivida en la adolescencia es muy grande. La pérdida del mundo infantil y la incorporación al de los adultos es un período tan difícil, que la experiencia clínica sostiene, que las hechos son tan intensos como los vividos por el adulto ante la pérdida de un ser querido.

M., de 15 años, empezó a presentar síntomas de la rebeldía religiosa. Los padres se detuvieron para analizar la cuestión y finalmente concluyeron que también debían evaluar el papel de la Casa Espirita. Hicieron un diagnóstico. La mayoría de los asistentes era de mediana edad o más. Las actividades para los jóvenes eran poco atractivas. Aplicaban vacunas muy dolorosas. Decidieron buscar una casa más "joven" en la que hubiera un programa completo de actividades para adolescentes. Poco tiempo después comprobaron que su hijo no faltaba más.

Con la vacuna Sabin inmunizamos contra la enfermedad, incluso a los niños que no habían concurrido a la asistencia pública. La vacuna viva, indolora, es contagiosa. También buscamos alcanzar el dominio afectivo a través de la vacuna triple. Aplicamos sólo una inyección intramuscular y prevenimos tres enfermedades. Al decirle esto a las madres, ellas se sienten sensibilizadas, y se adhieren más fácilmente a la campaña de vacunación aceptando mejor el dolor de los hijos por el pinchazo de la aguja.

El estudio Espírita no es sólo para los niños

El joven en cuestión, se contaminó con el estudio bien elaborado, y terminó contagiando a sus amigos que pasaron a frecuentar las reuniones. Padres actualizados y activos son evangelizadores directos e indirectos en la vacunación de las mentes en formación. Existe el contagio del idealismo en familia. Adoptando una posición firme, sin fundamentalismos, deben estar preparados para una derrota eventual.

Inmortalidad y reencarnación. Allan Kardec es la base fundamental.

El debate sobre los valores fue propuesto durante la celebración del Día Mundial de Prevención del Uso de Drogas. Cuando los jóvenes tienen y comprenden su propia escala de valores y son capaces de explicársela a otros, pasa a ser más fácil para ellos, expresar y justificar la decisión de abstenerse de las drogas.

Los padres deben demostrarle a los jóvenes que para ellos la religión no es una simple formalidad.

Si nos oponemos a determinados comportamientos debemos estar dispuestos a aclarar las razones de nuestra posición. Para eso necesitamos acompañar el palpitar de nuestro tiempo y tener nuestros argumentos basados en las informaciones disponibles en los libros de la Codificación Espírita.

Los jóvenes necesitan un nuevo orden de ideas que pueda traer también una nueva ética de comportamiento. Es imprescindible la noción de Inmortalidad, base de la doctrina del Cristo, tales como se demostró en innumerables oportunidades.

Sin el conocimiento de las diversas evidencias científicas que sugieren la inmortalidad del alma, no tiene sentido que se hable de escala de valores, de reglas directivas de la conducta y del libre albedrío. Pero demostrada la Inmortalidad y examinadas las consecuencias futuras que se derivan de ella, la vida ganará otro sentido.

Sabiendo que retornamos con las mismas almas pero en diferentes relaciones estaremos atentos al plano emocional y veremos con mayor nitidez que la libertad tiene sus límites y compromisos. La educación será un proceso de formación de valores y de liberación espiritual. Desaparecerán las familias patógenas dónde la educación es dirigida para el egoísmo y la comodidad, familias que buscan el confort antes que el deber.

¡Eso es prejuicio!

En la sociedad actual todo es normal, todo está permitido y sin culpa. Los padres deben prepararse para oír: “- ¡Eso es prejuicio!”.

Sabemos que no debemos violentar las conciencias pero podemos señalar otros caminos como alternativas menos dolorosas. Podemos y debemos trabajar en el sentido de aumentar el nivel de conciencia de la sociedad donde estamos insertos y a la que debemos servir. No hay duda que deberemos buscar tener una vida moralmente sana, pero recordando siempre que en la pedagogía de Jesús el error forma parte del proceso. No nos quedemos encadenados a los errores del pasado, ni dejemos encerrados nuestros amores, que fueron sorprendidos por el engaño.

Con “El Libro de los Espíritus” recordemos que los valores enseñados en la infancia probablemente perdurarán el resto de la vida. El ejemplo sigue siendo el de la joven voluntaria en una escuela para niños carentes.
La educación da mucho trabajo pero, la criatura humana, es la mayor inversión divina. Como la esencia de cualquier religión es el amor, aclárele a su hijo rebelde que si a pesar que él decida alejarse de la Doctrina Espiritista “el afecto que usted tiene por él permanecerá incólume”.

 

Agradecimientos

Agradezco la colaboración de Jacqueline M.F. Martins y Janaína Nascimento por la
traducción del original, y de Daniel E. Gómes Montanelli y Pablo Rodrigo Fica Piras por la revisión del presente artículo.

(*) Dores, Valores, Tabus e Preconceitos. Editora CELD.
(**) Suicídio infantil, NEU-RJ http://zap.to/neurj.
(***) "Campanhas" NEU-RJ.

 

Bibliografía
1. Fleming, A. 1979. Filhos que Rejeitam a Religião dos Pais. Seleções do
Reader's Digest, XVI (97): 57-60. Condensado de "Womans Day. Fawcett
Publications, Inc". Nova York, 1978.
2. Formiga, LCD.1981. Vacinação - Desafio de Urgência. Reformador (FEB), 99(1823): 61-64, fev., 1981. Compara as técnicas de Evangelização e
Desobsessão, utilizadas pela Doutrina Espírita, com as de Vacinação e
Soroterapia, utilizadas nas Ciências Biomédicas.
3. Formiga, LCD. 1983. Biologia e Biomedicina - Evasão Escolar. Ciência e
Cultura, 35: 474-475.
4. Formiga, LCD. 1983. Paradoxo - Ensino de Ciências Biomédicas. Ciência e Cultura, 35: 1655-1656.
5. Formiga, LCD. 1999. Ética, Sociedade e Terceiro Milênio. Tendências do
Trabalho, 312 (agosto): 8-10, 2000. Elaborado com base na palestra, "Ética:
educação para o terceiro milênio", durante o Primeiro Congresso Interativo
Sobre Educação Para o Terceiro Milênio. "A Educação da Alma é a Alma da
Educação". Centro de Convenções do Barrashopping, RJ, RJ, Brasil, dezembro de 1999.



FRATERNIDADE, (Lisboa-Pt), 464: 3-8, fev. 2002.

Federación Espírita Española

 


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